martes, 23 de agosto de 2011

La emoción de la Concachampions

Por Daniel Merino



Toda una rareza resulta aquel individuo que se preocupe por seguir al pie de la letra el cómo va el torneo de nuestra confederación. No obstante, como mexicanos podemos jactarnos de seguir siendo el único país sobresaliente capaz de competir a mejor nivel. Bien o mal, ya sabemos que no faltará el costarricense incómodo que se colará entre los primeros cinco (generalmente Saprissa) o el gringo campeón o subcampeón en turno de la MLS que también dará muestras de fútbol. Aún así y tomando en cuenta el absoluto dominio histórico que tiene México en esta competencia, ¿qué tanto beneficio se le puede sacar al formato? Pues ciertamente muy poco.


Y es que antes, al menos, se jugaba este torneo por medio de una eliminación directa, donde los participantes jugaban partidos ida y vuelta eligiendo al ganador por medio del marcador global. Pues bien, mientras así fue, por ahí se llegaban a dar las sorpresas. Por ejemplo, dentro de las últimas ediciones en ese formato, en 2004, la final fue exclusiva de ticos siendo Campeón la LD Alajuelense y Subcampeón el Saprissa o, en 2000, el enfrentamiento fue entre EUA y Honduras ganando Galaxy al Olimpia.