miércoles, 31 de agosto de 2011

La porquería rojinegra

Por Daniel Merino




Gran final del Verano 99 la que nos regalaron el Toluca y el Atlas en la Bombonera aquel 6 de junio. Jóvenes por racimos, un Ricardo Antonio Lavolpe estandarte y figura de la dirección técnica mexicana y muchas promesas -futuras realidades- del fútbol mexicano. Si bien los rojinegros no ganaron, aquél día, como muchos otros que hicieron costumbre, la afición en México aún sin irle a los jaliscienses, cual hedonista se encargó de hacer gozar a sus ojos viendo a un equipo verdaderamente memorable -raro en subcampeón- que a base de esfuerzo, hambre y sobre todo fútbol bonito y efectivo llegó a poner en jaque a un equipo choricero futuro multicampeón de los torneos cortos.


Doce años desde esa final y desde ahí muy poco que contar de este equipo, unas cuantas liguillas, unas cuantas Libertadores y la continua creación de figuras; pero nada como sus novelas extra cancha. Y es que fuera del campo se han encargado de dar la nota roja con sus infinitos problemas que hasta hoy parecen no tener fin. Que si no les pagan, que si ya 60 años, que si la sociedad no sirve, etcétera, etcétera. Sin ahondar mucho en la gran cantidad de tragicomedias en las que se han visto envueltos los Zorros, ésta última parece ser la más fea de todas, aquella que hoy por hoy hace pensar: "¿qué hace que el Atlas se mantenga en Primera? ¿Cuánto más aguantarán sus jugadores?, vaya...¿cuánto más aguantará su afición?


Es probable que la respuesta no tenga una verdadera respuesta tomando en cuenta que los de Colomos llevan años dando pena ajena y aún así no terminan siendo los peores del fútbol mexicano, que su afición es una de las más fieles del país y sobre todo, que sus grandiosos directivos tiene poco menos de una neurona en su cabeza como para seguir navegando en un barco que se ha hundido ya varias veces.


Para un servidor resulta bastante triste hablar de uno de los equipos históricos y además más simpáticos de nuestro fútbol mexicano de esta manera, pero no es para menos cuando aún manteniendo esa capacidad para formar jugadores de calidad, su directiva, encabezada por Carlos Martín del Campo, es tan inepta como para seguir haciendo estupideces. La última "graciosada": el caso del joven Edson Rivera. 


¿De qué trata? Pues resulta que el formado en la cantera atlista y jugador de gran actuación en el Mundial Sub-20 de Colombia (tres goles en 5 partidos) ahora se encuentra fichado por el portugués Sporting Clube de Braga -subcampeón de la Europa League 2010-2011-, la bronca es que según los directivos del Atlas y con el apoyo de la FMF (a la que también se le debería de dedicar una que otra mentada de madre), Edson es un malagradecido que debió de firmar para así poder contratarse en otro equipo, así que tomando en cuenta que esto es perjudicial para el Atlas, piensan bloquearlo no sólo para jugar en la Selección Nacional en un futuro, sino en el mentado Braga.

Pues si se fue bien o mal, quedará meramente en la conciencia del jugador. Lo que es una realidad es que si a un jugador, próximo a jugar en una vitrina tan importante como los es un Mundial, le das la suficiente "importancia" como para pagarle apenas 15 mil pesos mensuales por 5 años, está en todo su derecho a irse. Tomando en cuenta su juventud, su presencia en Selección, su -en ese entonces- futuro Mundial y, lo más importante, la raquítica cantidad a pagarle en comparación a los grandes salarios que recibe cualquier otro jugador, el Atlas no tiene perdón.

Que si en un futuro le va bien, le va mal, lo vetan o lo que sea, eso ya será cuestión aparte. Aquí la cuestión a tomar en cuenta es que más mala, una directiva no puede ser. Una vez más se los volvieron a chamaquear y lo peor es que en vez de comenzar a vislumbrar en qué se está fallando, prefieren comenzar una batalla injusta en donde lo primordial será, literalmente, joder a su ex-jugador. 

Pésima situación. Pero bueno... si después de Jared, Márquez, JP Rodríguez, Mario Méndez, JJ Corona, Guardado, Pacheco y hasta Alférez, aunado a extranjeros como Barrios, Achucarro, Botinelli o Fabricio Fuentes e incluso DTs como Marcelo Bielsa que bien pudieran haberle dado campeonatos a su afición, sus grandiosos directivos siguen sin darse cuenta que está muy difícil progresar con los métodos que trabajan, será muy difícil volver a ver a un Atlas alegre y mucho menos a uno ganador.

Hoy el tema es Rivera, pero antes que él, la preocupación debería ser el Atlas en general y no se está haciendo nada. Aún yo como aficionado a otro equipo, me sentiría mal por un descenso rojinegro, pero con sus cada vez más evidentes carencias, no me sorprendería verlo en breve. Conclusión a la que hoy llego y eso que ni hablé de fútbol.


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