jueves, 22 de septiembre de 2011

El Mago de Marsella

Por César Hurtado

Mucho se habla de de las comparaciones entre Pelé y el Pelusa, Edson Arantes y Diego Armando, O Rei y D10S, como usted prefiera. Pues mis queridos lectores, yo les propongo un nuevo contendiente a esta encarnizada batalla por el puesto de mejor jugador de la historia. Hablo de nada más y nada menos que Zinedine Zidane, el “Mago de Marsella”.


Se trata de uno de los mejores jugadores que mis ojos han tenido la fortuna y bendición de ver jugar.  Posee una técnica impresionante. Su estilo de juego era elegantísimo, resultaba como una poesía para los ojos, todo lo difícil lo hacía ver tan fácil que cualquiera lo intentaba en la retita, pero vaya sorpresa al darnos cuenta que no era tan sencillo después de todo. Incluso, parte de esa elegancia con la que jugaba radicaba en que, en ocasiones, sus rivales sabían lo que iba a hacer, pero que aún así, no encontraban como evitar que lo hiciera. Un toque de balón soberbio, y una tremenda clase y tranquilidad para definir las jugadas. Era un jugador que jamás, pero jamás lo ibas a ver acelerado y mucho menos nervioso, al contrario, parecía tener toda la calma del mundo, como si tuviera todo fríamente calculado, cual Chapulín Colorado.

Quizá el único defecto que podríamos encontrarle era que a veces perdía la cabeza. Basta recordar el mundial de Francia 1998, cuándo le propinó tremendo pisotón a  un jugador de Arabia Saudita y, desde luego, su expulsión en la final de Alemania 2006, dejando a su equipo con uno menos, cuando Francia tenía todo para coronarse, pero que la salida de su orquestador los puso contra la lona, pero es una cuestión que pasa a segundo término cuando repasamos su excelsa carrera. Sus admiradores preferimos quedarnos con la imagen de sus extraordinarias capacidades futbolisticas.

Zizou ha ganado prácticamente todo lo que ha tenido que ganar. Liga de España, Serie A, Supercopa de España y de Italia, Champions League, Supercopa de Europa, Copa Intercontinental, Eurocopa y Mundial, aunque le falto la Liga francesa, pero si a Cruyff se le perdona el Mundial, ¿por qué a Zidane la Ligue 1 no? Y ni por un instante se le ocurra pensar que logró todo eso por contar con equipazos a donde iba, porque en definitiva, si eran considerados equipazos, el tenía mucho que ver para que tuviera dicha denominación. Ser Mejor Jugador FIFA en tres ocasiones (1998, 2000, 2003) y un Balón de Oro (Alemania 2006) hablan por sí solos. Además fue elegido como uno de los mejores jugadores vivos de la historia por la FIFA (2004).  

Me parece Zinedine ha sido el último “hombre equipo” que se ha visto. De esos que tienen la capacidad de echarse el equipo al hombro y llevarlos a la gloria. Una muestra fue la Copa del Mundo de Alemania 2006. Una Francia que llegó hasta donde llegó por el liderazgo de un jugador como Zizou, y donde incluso se dice que era él quien ponía las alineaciones y las estrategias. Así que, desde mi particular punto de vista, Zidane cuenta con todos los argumentos necesarios para tener el privilegio de ser considerado en esas acaloradas discusiones de bar.

A 5 años de su retiro, las canchas añoran que este artista desparrame magia en ellas, así como los fervientes aficionados aún lloramos su partida del terreno de juego y  extrañamos el deleite que era verlo. Pero todo su talento, magia y elegancia está inmortalizada en la memoria de cada uno de quienes tuvimos el privilegio de verlo maniobrar con un balón de futbol.



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