Escándalo Tricolor... Otra vez.

Por César Hurtado

Vaya famita de la que nos estamos haciendo acreedores. Una vez más la selección mexicana está en el ojo del huracán, y no precisamente por desplegar futbol como los dioses. No salimos de una, cuando ya estamos siendo parte de otro escándalo que no hace más que disminuir el concepto en el que nos tienen en el extranjero, que claro, tampoco es como si hubiéramos sido paridos por la Virgen, pero en definitiva, difícilmente podríamos estar peor.

Es que es increíble que los jugadores de la sub-22, en plena concentración, con la Copa América a la vuelta de la esquina, hayan hecho semejante tarugada. Parece que jamás vamos a aprender. Lo rescatable, si es que hay algo que rescatar, es que la FMF haya tenido mano dura para reprender a los responsables. Lo malo de la situación es que, si de por si el seleccionado se veía bastante limitado para enfrentar el torneo de la CONMEBOL, ahora si puedo decir, quitado de la pena, que ya nos cargo la chingada.

Y es que no se ve como la selección pueda competir contra rivales de la talla de Chile y Uruguay. Chile, cuenta entre sus filas con Gary Medel, Arturo Vidal, y la joya que ha creado disputas en Europa, Alexis Sánchez. Mientras que Uruguay está de miedo, con figuras tales como Forlán, Suárez, Cavani, Lugano, Diego Pérez y Walter Gargano, entre otros. Perú parece ser el rival más accesible, al no contar con sus estrellas, Claudio Pizarro y Jefferson Farfán. por lesión. Pero bueno, ya me desvié un poco del tema central.

Tal parece que los caminos de los hermanos Dos Santos en la selección siguen direcciones paralelas entre sí. Ya ambos fueron parte de un escándalo con la selección mexicana. En ambos casos, él escándalo tuvo prostitutas de por medio, aunque las primeras con un extra que Salcido podría explicarnos mejor. El siguiente paso debería ser que Jonathan busque reivindicarse y empiece a despuntar con el Tri.

A estas alturas, lo único que nos falta es que los jugadores de la selección sub-17 resulten ser unos precoces como Martín Galván, o que los vengan alimentando con las sobras de la selección mayor. Pero por ahora, es el único equipo que podemos presumir, con paso perfecto en el mundial, aunque con ciertas dudas por lo poco que fueron exigidos en sus primeros tres partidos. A partir de los octavos, comenzaremos a ver de que están hechos estos muchachos, que esperemos no sea de clembuterol.

Pues no hay de otra más que esperar que los jóvenes sub-22 logren una participación que haga que todo este desmadre se olvide. Por lo mientras, seguiremos en la mira del mundo, por lo indisciplinado y la “calentura” de nuestro equipo nacional.